Habiendo visto suficiente muerte y tragedia, el inmortal Fushi se recluye en una isla, protegiendo a la humanidad de Nokkers. Sin embargo, en lugar de atacar a Fushi, Nokkers comienza a apuntar a los asentamientos fuera de su alcance con la esperanza de atraerlo. Pronto, los descendientes del difunto guerrero Hayase, comúnmente conocidos como los Guardianes, encuentran a Fushi. Inspirados en la forma en que Fushi protegió a las personas de los Nokkers en la isla de Jananda hace años, los Guardianes han ganado muchos seguidores y son reconocidos en todo el mundo. Inicialmente reacio, Fushi permite que los Guardianes lo acompañen al sitio del reciente ataque de los Nokkers. En su aldea, Fushi conoce algunos rostros familiares que se convierten en sus valiosos aliados. Pero como el conflicto con los Nokkers solo conduce a más pérdidas, Fushi debe encontrar la fuerza interior para enfrentar su inevitable dolor.